La nueva cara de la responsabilidad social

La nueva cara de la responsabilidad social

Foto de portada: Eduardo Zapiain, ex presidente del IMEI, junto a la doctora Alejandra Galetto Bravo y Manuel Jesús Cárdenas Espinosa, C.P.C.

El IMEI cerró 2018 con la conferencia titulada “La responsabilidad social como elemento indispensable en la forma de hacer negocios en el siglo XXI”, dirigida por los ponentes Manuel Jesús Cárdenas Espinosa, C.P.C., y la doctora Alejandra Galetto Bravo.

La charla trató de resolver varios cuestionamientos acerca de la responsabilidad social, tales como su definición, beneficios, aplicaciones y, sobre todo, las oportunidades que puede brindar al desarrollo de las empresas y negocios.

El tema, una tendencia a nivel mundial, está ligado con una nueva forma de hacer negocios; sin embargo, el sector empresarial aún no comprende todo lo que implica ni las ventajas competitivas que puede aportar, mucho menos la forma de involucrarla en sus asuntos.

Más que un concepto, un modelo de negocios
La responsabilidad social se encarga de volver las operaciones más sostenibles y sustentables, procurando un balance de los aspectos económicos, sociales y ambientales.

Según encuestas realizadas por los ponentes, la mayoría de las personas en nuestro país relaciona a las “empresas socialmente responsables” con el cuidado al medioambiente. Cárdenas explicó que, en México, 76 por ciento de las empresas identifica este término con sus valores, pero sólo 19 lo relaciona con los riesgos y oportunidades en su negocio.

Por otra parte, 26 por ciento no cuenta con mecanismos de identificación de los grupos de interés como son la sociedad, las comunidades, el gobierno, el medioambiente, los trabajadores, etcétera.

Apenas se invierten 200 mil pesos en acciones de responsabilidad social, y a menudo, no están relacionadas con fines de especialización, por lo que hay aún un gran desconocimiento del tema.

La responsabilidad social va más allá de realizar acciones como pintar bancas y plantar árboles, antes sólo se veía desde el punto de vista filantrópico, pero ahora involucra un mapeo para ver la manera en que una empresa interactúa positivamente con todos los grupos de interés, no sólo con sus clientes y proveedores.

Esta especificación conduce hacia un modelo de gestión de negocios nuevo, cuyo objetivo es medir el impacto de las acciones corporativas en diversos ámbitos para, con base en eso, organizar alianzas entre proveedores, empresas y clientes que fortalezcan a todos.

¿Cómo emprender el camino?
Los ponentes ilustraron algunos de los puntos que se deben seguir para involucrar, de manera sencilla, la responsabilidad social en las empresas:

  • Gobernabilidad: debe estar presente desde la dirección y permear al resto de la organización
  • Políticas de transparencia, integridad y legalidad
  • Inclusión del medioambiente
  • Inclusión de la comunidad
  • Crear alianzas para impulsar a los proveedores
  • Incorporar políticas públicas
  • Generar un sentido de pertenencia en los trabajadores

Además, se debe tomar en cuenta qué políticas se ajustan más a la compañía e identificar las formas de incorporarlas al plan de negocios. Lo principal es focalizar la atención en una región y potenciar su crecimiento. Igualmente, es crucial la adquisición de distintivos, el establecimiento de pequeñas metas y la colaboración con jugadores que compartan objetivos similares.

Aunque hacer esta serie de cambios tiene un costo inicial, a la larga se genera un retorno de la inversión porque se obtienen múltiples beneficios en el ámbito comercial, logístico, legal, laboral, fiscal y financiero, así como mejorar la competitividad, reputación e impacto de la empresa.

La doctora Galetto informó que las empresas pueden unirse al Pacto Mundial de las naciones y adoptar algunos de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, para crear programas corporativos o alinearse al cumplimiento de la norma ISO 26000. De esta manera, se busca que cumplan automáticamente con la responsabilidad social.

Hoy en día, hay una mayor inmersión de la responsabilidad social en las actividades corporativas de las empresas, las cuales pueden obtener beneficios y apoyos para su crecimiento, a la vez que colaboran con el bienestar social y ambiental del país.

Ámbar Herrera / Fotografía: Mundo HVAC&R