Las virtudes del gerente autónomo
Desarrollar habilidades y suministrar recursos, como información y conocimiento, entre otros, proporciona a los gerentes un nivel de libertad más elevado, así como la capacidad de asumir la toma de decisiones y ejercer el cargo con mayor responsabilidad
Rubén Onorio
La gerencia consiste en dirigir, gestionar y/o administrar los recursos materiales y humanos de una empresa. La persona responsable de llevar a cabo estas funciones es denominada gerente y es quien se encarga de que el organismo funcione por completo. Su labor es la base del trabajo y todos los empleados de la compañía se mueven respecto a él o ella. Por esta razón, es de suma importancia que exista una buena relación dirección-gerente-empleado.
Entre las actividades necesarias que tienen que venir descritas en su perfil de puesto, sin excepción, deben estar las siguientes:
- Supervisar a los integrantes de su área
- Atender las quejas de los empleados, clientes y proveedores, por pequeñas que sean
- Encargarse de que se supla cualquier puesto si es necesario
- Atender a los clientes especiales y promover el buen desarrollo y funcionamiento de la empresa o negocio
- Conocer cada una de las áreas y el funcionamiento de éstas
- Fijar consignas de trabajo
- Establecer planes de desarrollo de su área, alineados con los de la empresa
- Conocer a profundidad el mercado y tomar las medidas necesarias para que su área funcione y dé los resultados esperados
- Realizar labores administrativas en conjunto con el área específica para esta función
Aunado a lo anterior, también debe tener la capacidad de reconocer su ubicación y alcance en responsabilidad dentro de la organización, facilitando así el desarrollo óptimo de su competencia gerencial, basada en tres enfoques:
Saber hacer: concibe la competencia como la capacidad de ejecutar las tareas
Saber ser: se concentra en atributos personales (actitudes, capacidades, etcétera)
Holístico: integra los dos anteriores
De igual forma, al realizar una evaluación al actual gerente, se debe revisar su nivel de respuesta y decisión ante situaciones concretas como las siguientes:
- ¿Sabe qué hacer sin perder el control?
- ¿Todos pueden confiar en él en cualquier emergencia?
- ¿Nadie es marginado o rechazado por él?
- ¿Sabe actuar de tal forma que cada uno se siente importante y necesario en el grupo?
- ¿Se interesa por el bien del grupo de trabajo?
- ¿No utiliza al colectivo para intereses personales?
- ¿Siempre está dispuesto a escuchar opciones y propuestas?
Si dicha evaluación no califica de una forma eficaz a nuestros niveles gerenciales, cabría mencionar que existe una muy alta posibilidad de que no cuente con los recursos y habilidades para ser un gerente autónomo y responsable.
Libertad de acción, responsabilidad de consecución
Es fundamental concientizar acerca de lo importante que es el uso auténtico de la libertad, vigilando de cerca la responsabilidad. El gerente, en este sentido, debe actuar y decidir lo que tiene qué hacer, de acuerdo a lo éticamente bueno y al valor de libertad, para que ésta sea también desarrollada y aplicada por todos los encargados de gerenciar y supervisar.
Cabe subrayar que la libertad es intrínseca a la autoestima de cada gerente, ya que es vital que logren motivarse a sí mismos y de perseverar en el empeño, a pesar de las posibles frustraciones; de controlar los impulsos negativos, diferir las gratificaciones y regular sus propios estados de ánimo; de evitar que la angustia interfiera con sus facultades racionales y ser capaces de empatizar y confiar en los demás.
Hoy en día, sin embargo, es común atestiguar que muchas gerencias no se atreven a decidir por temor a asumir la responsabilidad de las consecuencias de sus actos, en tanto que otra parte abusa de la libertad de autoridad que le da su cargo, delegando, no sólo una actividad, sino también la responsabilidad a sus subordinados.
Por esto mismo, alinear el sentido de la libertad con el de la responsabilidad, reducirá en forma considerable la procrastinación en la toma de decisiones eficaces. Recordemos que mientras exista ignorancia, mayor es la posibilidad de caer en la irresponsabilidad moral. En cambio, mientras más se tengan conocimientos y aptitudes, mayor será la libertad de ejecución y expresión responsable.
Rubén Onorio. Licenciado en Ciencias Políticas y director general de ONESSO Capacitación y Desarrollo Empresarial. Inició en la Organización de Negocios Internacionales en 2006, en la que reafirmó la trascendencia que la capacitación tiene para las personas y empresas, tanto a nivel privado como masivo.
Tomada de Revista Cero Grados Celcius