La climatización eficiente que demanda México

La climatización eficiente que demanda México

Los equipos de aire acondicionado de alta eficiencia tienen el potencial de evitar el gasto de 7,773 millones de pesos a los mexicanos. Permitirían, también, disminuir emisiones por 2.3 millones de toneladas de CO2eq, correspondiente a sacar de circulación 617,950 automóviles durante un año

Plataforma México, Clima y Energía (PMCE)

Fotografía superior. De acuerdo con el Inegi, en México hay alrededor de 4.9 millones de domicilios (15 % del total de viviendas) con aire acondicionado

La creciente demanda de equipos de aire acondicionado es uno de los puntos más críticos en el debate energético actual. Establecer estándares de eficiencia más altos para el enfriamiento de espacios es una de las medidas más fáciles que los gobiernos pueden tomar para reducir la necesidad de nuevas plantas de energía, las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera y, al mismo tiempo, los costos asociados.

En México, el enfriamiento de espacios es el segundo rubro de mayor consumo de electricidad, después de la iluminación. A la par del crecimiento económico y demográfico, la población se vuelve más urbana y, aunado a ello, también aumenta la demanda de servicios energéticos.

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Consumo de Energéticos en Viviendas Particulares (Inegi, 2018), 4.9 millones de domicilios cuentan con equipos de aire acondicionado. Esta cantidad representa el 15 por ciento del total de las viviendas. Dichos equipos tienen, en promedio, cuatro años en funcionamiento; además, sólo el 56 por ciento cumple con las Normas Oficiales Mexicanas en materia de Eficiencia Energética desarrolladas por la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee), que garantizan el uso óptimo de la electricidad que requieren para operar, minimizando así los desperdicios de energía.

Para satisfacer esta demanda, la producción de energía eléctrica en México creció un 18 por ciento durante el periodo 2006-2016. Más del 70 por ciento de esa electricidad se produce a partir de fuentes de energía contaminantes, como la combustión de gas natural e hidrocarburos en plantas termoeléctricas, carboeléctricas, de ciclo combinado, y otras. Como consecuencia, durante los procesos derivados de estas tecnologías se expulsan a la atmósfera gases causantes del efecto invernadero y responsables, en gran medida, del aumento de la temperatura en el planeta.

Como estrategia de mejora ante esta situación, la Ley General de Cambio Climático (LGCC) mandata que el 35 por ciento de la generación de electricidad deberá originase a partir de energías limpias para 2024; y el 50 por ciento, para 2050.

A su vez, en la Estrategia de Transición para Promover el Uso de Tecnologías y Combustibles más Limpios se han establecido metas de disminución anual promedio de intensidad en el consumo final de energía de -1.9 por ciento para el período 2016-2030, y de -3.7 por ciento para el periodo 2031-2050.

En cuanto a los hidrofluorocarbonos (HFC) utilizados como gas refrigerante para los equipos de aire acondicionado, aunque en un principio fueron considerados ecológicos por no dañar a la capa de ozono atmosférico, la presencia de flúor en su composición provoca que se comporten como un gas de efecto invernadero al ser emitidos, contribuyendo al calentamiento global. A fin de reducir este efecto, se ha establecido la Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal, que busca transitar hacia el uso de refrigerantes menos dañinos para el medioambiente.

Las emisiones nacionales por consumo de HFC en el sector de la refrigeración y el aire acondicionado aumentaron más de 15 veces en un período de 15 años, ya que pasaron de 599.12 Gg de CO2e en 2000 a 9 mil 888.63 Gg de CO2e en 2015. Actualmente, se está trabajando bajo la Enmienda de Kigali para reducir el 80 por ciento de la producción y el uso de HFC en esta industria.

La tendencia global es que cada vez haya más equipos de aire acondicionado operando y, de acuerdo con datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE), para 2050 su demanda se triplicará a nivel mundial, como consecuencia del aumento de los ingresos y el nivel de vida de las personas.

Es necesario ampliar el acceso de la población a espacios frescos en zonas cálidas, ya que aportan beneficios al desarrollo humano, la salud, el bienestar y la productividad económica; sin embargo, esto tendrá un impacto significativo en la demanda energética, ya que ejercerá presión sobre las redes eléctricas y aumentará las emisiones locales y mundiales de gases de efecto invernadero.

Antecedentes
En México, se aplican las Normas Oficiales Mexicanas, la NOM-023-ENER-2018, que hace referencia a los equipos de aire acondicionado tipo minisplit con tecnología on-off; y la NOM-026-ENER-2015, para los equipos de aire acondicionado tipo minisplit con tecnología Inverter.

Ambas reglamentaciones establecen los límites mínimos de eficiencia energética con los que deben contar los equipos vendidos en el país. Hoy en día, estas normas se evalúan cada cinco años, pero no necesariamente se actualizan en el momento. La revisión periódica de los estándares y las etiquetas de eficiencia energética para los equipos de aire acondicionado garantizan la mejora continua de su desempeño.

La aplicación de las NOM de eficiencia energética deriva en ahorros importantes tanto económicos como energéticos, lo que a su vez se refleja en una reducción de gases de efecto invernadero. Por ejemplo, para el sector vivienda, durante el período 2001-2018 se tuvieron ahorros de energía en el orden de 212 mil GWh, lo que se traduce en 106 MtCO2eq, 212 mil millones de pesos para los usuarios y 424 mil millones de pesos para el gasto público. El 60 por ciento se logró mediante la creación e implementación de las NOM, y gracias a la dirección de la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee) durante el proceso.

Oportunidades
Si bien el marco regulatorio es favorable en materia de eficiencia energética, aún hay varias acciones que se deben desarrollar para acelerar el incremento en la tasa de eficiencia energética para equipos de aire acondicionado en México. Para esto, es prioritario elaborar una hoja de ruta nacional por parte del Gobierno y de las partes interesadas pertinentes, en la que se planteen algunos de los siguientes objetivos:

  • Revisar y mantener actualizadas de forma periódica las NOM y las etiquetas energéticas para equipos de aire acondicionado.
  • Evaluar la posibilidad de tener períodos de revisión más cortos para que las Normas tengan una duración de tres años en lugar de cinco, a fin de permitir una mayor regularidad en las actualizaciones.
  • Considerar la adopción de reglamentaciones para enfriadores y otras tecnologías que actualmente no están cubiertas por normas obligatorias.
  • Llegar a un acuerdo con la industria y otras organizaciones pertinentes sobre el futuro de la climatización de eficiencia en México.

Lo anterior podría conseguirse mediante la programación de reuniones con las partes interesadas pertinentes para llegar a un acuerdo sobre estos temas, y a través de la participación en talleres de trabajo, en los cuales se compartan los borradores de la hoja de ruta que se vayan desarrollando, para así obtener retroalimentación de un mayor número de participantes.

De este modo, se podrá elaborar un documento, con el acuerdo de la industria, en el que se establezca la revisión continua de las nuevas tecnologías del mercado internacional, y la revisión, actualización, seguimiento y verificación del cumplimiento de las NOM, lo que ofrecerá la oportunidad de armonizarlas con las regulaciones de otros países, principales importadores de equipos de aire acondicionado.

En cuanto al desarrollo de capacidades entre los distintos actores y niveles, se debe concientizar a los gobiernos locales, crear campañas de sensibilización sobre la importancia de la eficiencia energética en el enfriamiento de espacios, promover proyectos piloto en municipios, capacitar y certificar a los instaladores de equipos de aire acondicionado, e impulsar la fabricación local de productos energéticamente eficientes.

Las NOM de eficiencia derivan en ahorros económicos y energéticos sustanciales para el sector vivienda del país

Recomendaciones
Lograr las reducciones potenciales de energía y de emisiones de dióxido de carbono (CO2) requiere de un apoyo político fuerte, consistente, estable y equilibrado. Las inversiones necesarias para poner a México y al mundo en una senda sostenible del enfriamiento de espacios deberán ser realizadas, principalmente, por actores privados, pero el papel del Gobierno en el establecimiento del marco político y regulatorio para que esas inversiones se hagan realidad será fundamental.

Para abordar con firmeza el crecimiento sostenible de la demanda de energía de manera eficaz y equitativa en cuanto a los costos, los gobernantes deberían considerar las medidas que se enlistan a continuación:

1 Preparación y fortalecimiento del marco jurídico:

  • Introducir un marco político estable y a largo plazo que incorpore regulaciones, programas e incentivos para reducir el consumo de energía relacionada con el enfriamiento de espacios y las emisiones de refrigerantes.
  • Involucrar a las partes interesadas del Gobierno, la industria y los grupos de consumidores en el desarrollo de este marco.
  • Asegurarse de que el marco tenga en cuenta los múltiples beneficios de la eficiencia energética.

2 Mejorar la disponibilidad, calidad e impacto de la información entre los consumidores:

  • Reforzar las políticas de etiquetado de los equipos de aire acondicionado y de los edificios, y hacerlas obligatorias.
  • Respaldar los esfuerzos de información y creación de capacidad que alienten a los consumidores a optar por productos y servicios energéticamente eficientes.
  • Apoyar los esfuerzos de información y desarrollo de capacidad en temas que pueden mejorar la eficiencia del uso de los equipos, como el mantenimiento de los sistemas de aire acondicionado, y el comportamiento y gestión de edificios.

3 Mejorar la disponibilidad, calidad e impacto de la información entre los responsables de la toma de decisiones:

  • Armonizar los procedimientos internacionales de pruebas, etiquetado y requisitos de presentación de informes, para hacer posible la comparación entre las distintas tecnologías.
  • Apoyar las actividades de información y creación de capacidad en la formación de arquitectos, ingenieros e instaladores de sistemas de refrigeración.
  • Mejorar la recolección de datos y las estadísticas sobre indicadores de eficiencia energética.

4 Reforzar los incentivos y la financiación para la eficiencia energética:

  • Desarrollar incentivos financieros para la eficiencia energética, incluido el apoyo financiero a los bancos, empresas de servicio de energía, y otras organizaciones que financian la compra de equipos eficientes.
  • Desarrollar incentivos no financieros para la eficiencia energética.

Debe darse prioridad a las normas de eficiencia energética mínimas y al etiquetado de los equipos de aire acondicionado. Estas medidas tienen el potencial de impactar de forma positiva en el aumento de la demanda de enfriamiento de espacios en las próximas décadas, dada la diferencia significativa entre las tecnologías mínimas y las mejores disponibles a nivel mundial.

Con respecto a las envolventes de los edificios, el avance en la adopción y aplicación de políticas obligatorias para la construcción de inmuebles de bajo consumo energético es un primer paso para todos los países, y es indispensable perfeccionar la creación de capacidad (incluida la educación y la formación) para garantizar que las normas de eficiencia y el cumplimiento de los códigos de construcción en materia de energía sean una práctica habitual.

También es recomendable renovar los edificios existentes en los países en los que la mayor parte de las construcciones que se utilizarán en 2050 ya están en pie. Se necesita un enfoque global de gran ambición para llevar a cabo una modificación energética profunda, que vaya desde la demostración a pequeña escala hasta la penetración en el mercado masivo.

En conjunto, una serie de políticas diseñadas y aplicadas adecuadamente puede reorientar a todos los países, de una senda de crecimiento insostenible e inmanejable de la demanda de energía de refrigeración hacia una alternativa sostenible y asequible.

En pocas palabras, los gobiernos deben hacer más en materia de eficiencia energética, ya que es una de las herramientas clave para alcanzar los objetivos climáticos a largo plazo y reducir la contaminación atmosférica relacionada con la producción y el uso de la energía.

Una acción política con determinación es fundamental para garantizar un camino sostenible hacia el futuro del enfriamiento de espacios, y permitir a las personas disfrutar de sus beneficios sin estresar los sistemas energéticos o el medioambiente; por lo que urge concientizar a todo el mundo sobre una de las cuestiones energéticas más críticas de nuestro tiempo en pro de un sistema energético más sostenible.
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Tendencias de eficiencia energética en el sector HVACR
De acuerdo con el documento Hoja de ruta para implementar la Enmienda de Kigali en México, elaborado por la Semarnat en mayo de 2019, los sistemas de aire acondicionado con mejor desempeño en el mercado mexicano son los que han incorporado el variador de frecuencia.

En el caso de equipos minisplit inverter, su REEE (relación de eficiencia energética estacional) ronda los 7.1 Wt/We55. Los sistemas centralizados con chiller de agua helada, cuyo rendimiento depende del tipo de compresor, superan los 6 Wt/We, mientras que los sistemas VRF multisplit alcanzan una REEE de 6.4 Wt/We; en estos sistemas también se han incorporado refrigerantes con bajo PCG. Los equipos tipo ventana, de paquete rooftop y los divididos con ductos han tenido menor evolución tecnológica, por lo que sus eficiencias son menores y aún utilizan refrigerantes convencionales (Tabla 1).

Tabla 1. Análisis de eficiencia energética en sistemas HVACR en México

Estatus:  Comercialmente disponible en algunos mercados   En desarrollo Probado en laboratorio
* Best Available Technology (mejor tecnología disponible)